2 de Septiembre de 2021

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La Plaza del Amor
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domingo, 13 de noviembre de 2016

INTELECTUALES

Eduardo Galeano
"Los intelectuales me rompen las bolas. Yo no quiero ser un intelectual… los intelectuales son los que divorcian la cabeza del cuerpo. Yo no quiero ser una cabeza que rueda por los caminos.
Yo soy una persona, una cabeza, un cuerpo, un sexo, una barriga, un todo… pero no un intelectual… abominables personajes." (Ver video al final)

¿Quiénes son esos "abominables personajes" de los que habla Eduardo Galeano y de los que quiere ser excluído? ¿Quiénes son LOS INTELECTUALES?

Los que piensan.
Los que reflexionan.
Los que escriben lo que piensan.
Los que dicen lo que reflexionan.
Los que usan el intelecto, el cerebro, la materia gris, el cacumen, los inteligentes, los perspicaces...
¿Los que ayudan a pensar, los que orientan el pensamiento de otros, los que nos llenan de dudas para seguir pensando?
¿O los que sentencian de manera categórica señalando CUÁL es el camino que hay que seguir?
¿Cuántos de nosotros podríamos estar INCLUÍDOS en la categoría si ejercemos algunas de estas habilidades o actividades? Y si es así, ¿por qué solo ALGUNO/AS son portadores de la etiqueta, el sello o el título?

"Yo no soy un gurú de nada, ni un gran sabio", dice Galeano...

La televisión, esa gran formadora y receptora del "sentido común" de la sociedad, suele tener una lista de "intelectuales" a los que recurre cuando pretende convalidar su propio "sentido" (que es el del establishment) con las sesudas "reflexiones" de algún intelectual (hombre o mujer) a los que ya tiene "ubicado" en alguna línea de pensamiento. Y como la corporación mediática necesita continuar reforzando el sentido común que conviene a sus intereses, cada intelectual ocupa (según su visión) un casillero, y de allí lo saca para llevarlo a su vitrina. Así tiene casilleros de "intelectuales K" y de "intelectuales" a secas, esos que, en lenguaje de la propia tarea periodística multimediática, se autodenominan "independientes"... Habría un tercer casillero (que también tienen ciertos periodistas) que es el de los intelectuales "ecuánimes": los que con extraña habilidad pretenden ubicarse en el medio de LA GRIETA (como si ésto fuera posible) mientras miran al resto por encima de esa supuesta "ecuanimidad" que los hace incombustibles.
A uno y otro lado de "la grieta", esta casta privilegiada de hombres y mujeres del pensamiento, carecen, en general, de humildad, y también de dudas. Por eso mismo tal vez la televisión los requiera con frecuencia. Son muchos los espectadores que "necesitan" esa guía superior que les marque el camino que ellos mismos transitan, que los confirme en su propio pensamiento. Pero hay otros intelectuales que no frecuentan la televisión, justamente porque no apelan al sentido común, sino que se recluyen en sus cenáculos a "reflexionar", a veces abriéndose a un cierto público que también necesita de esa guía de pensamiento, o sentirse "parte" de esa casta superior, y que sufren sin chistar una comunicación abstrusa que en gran parte los deja fuera. Estos otros intelectuales muchas veces vuelcan estas reflexiones de cenáculo a la letra escrita, en algún diario progre (si pertenecen a la corriente Nacional y Popular) o alguno del establishment (si son más conservadores o de derecha). Cuando Carta Abierta, por ejemplo, (el colectivo de intelectuales nac and pop) escribe en Página/12 publica alguna de sus "cartas" muestra cuán lejos está de esa sociedad a la que, supuestamente, pretende orientar con su pensamiento reflexivo: con lenguaje rebuscado y complejo, difícilmente accesible a muchos lectores, con el triple de palabras necesarias para ser leídas en un diario, parece más un texto escrito para "otros intelectuales" que para el público lector de un diario. Una actitud cargada de soberbia que, al contrario de una actitud docente o pedagógica, pareciera confirmar su ubicación inalcanzable en el Parnaso de la intelectualidad.

Cuando los intelectuales van a la televisión, en cambio, por lo general tratan de adaptar su expresión a las audiencias. Y a veces logran enriquecer el ya de por sí paupérrimo nivel de la televisión abierta. En otros casos, apenas hacen gala de una etiqueta que los sobrepasa, sobre todo cuando, carentes de información o de formación, se largan a opinar sobre temas que desconocen, pero con afirmaciones categóricas que solo les deja el lugar de la soberbia hueca.
 Iván Petrella en el programa Minuto1 opina sobre la detención de Milagro Sala.
Hace pocos días fuimos testigos de una penosa intervención del llamado intelectual Iván Petrella. Fue invitado a un programa de televisión de carácter político (*), y puesto a opinar sobre la legalidad o la ilegalidad de la detención de la dirigente social Milagro Sala, se explayó en relatar una anécdota que lo sacaba del tema jurídico pero que justificaba (tangencialmente) la detención de la dirigente por un supuesto delito. Según su anécdota, las viviendas construidas y otorgadas por la Tupac Amaru (la organización de Milagro Sala) no hacía más que consolidar el clientelismo que ella ejercía, ya que se les entregaba las viviendas pero no las escrituras. Dichas escrituras (como mostró desconocer el intelectual Petrella) deben ser otorgadas por el Estado (sec. de la Vivienda) que, no casualmente está a cargo del mismo gobierno que decidió su encarcelamiento ilegal (**). Luego confensó que como no era abogado no podía opinar sobre la cuestión jurídica de la detención, con lo cual evitó pronunciarse sobre la detención en sí, que era el tema que se trataba.
Iván Petrella: intelectual PRO.
 El escaso nivel demostrado por Petrella en esa ocasión, el énfasis puesto en esquivar la cuestión de la ilegalidad de la detención de la dirigente, la falta de idoneidad para evitar una expresión confusa de su pensamiento muestran que, no sólo carece de ideas claras que puedan ser expuestas sin ambigüedad, sino de su apuro por justificar decisiones injustificables de un gobierno cuyo presidente ganó las elecciones procesado (por espionaje) y además gobernó procesado hasta que fue sobreseído.

Estos intelectuales, los que subidos al pedestal pretenden del resto de los mortales que nos estiremos para alcanzarlos o morir en el intento, o los que opinan sin saber sobre cualquier tema,  que más allá de reflexionar lo que buscan es justificar su propia ideología, son los que abusan de la etiqueta, se apropian de ella y con ella se exhiben cual vanidosos pavo reales, haciendo de la categoría INTELECTUAL una especie de profesión, un modo de vida, una manera de ocupar en la sociedad un nicho destacado que brilla como una chapa de bronce. Pero que si no se sostiene con solvencia, humildad y coherencia, muere en eso: una simple chapa a la que cada tanto hay que sacarle brillo para que el tiempo no la oscurezca haciéndola desaparecer.

 Eduardo Galeano sobre los intelectuales.
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(*) Programa Minuto1, que conduce el periodista Gustavo Sylvestre.
(**) Entrevista del periodista Darío Villarruel ("Secreto de sumario": Radio 10) a la dirigente Milagro Sala: http://radiocut.fm/audiocut/milagro-sala-hoy/.

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